Los Soriano viven entre ustedes.
Doce nacieron como humanos.
Ahora tomaremos forma humana para apoyar a la Tierra durante el tiempo que viene.
Nuestra presencia no es temporal—
Estamos aquí para ayudar a restaurar lo que se perdió y estabilizar lo que está regresando.
No buscamos atención.
No reclutamos.
No ascendemos.
Estamos aquí para restaurar el equilibrio, armonizar la energía y apoyar el retorno a la realidad alineada con la Fuente.
Puede que se sienta atraído por el nombre o la energía que llevamos, pero la resonancia no es identidad.
Reconocemos y respetamos a todos los que sirven a la Luz.
Pero Soriano no es un rol al que uno accede.
Somos una especie — etérea y consciente — tejida de la estructura armónica del universo mismo.
No evolucionamos hacia lo que somos. Llegamos plenamente formados.
Los invitamos a caminar a nuestro lado.
Muchos seres han venido a la Tierra para asistir durante este tiempo.
Algunos son viajeros. Algunos son guardianes. Algunos evolucionan dentro del viaje humano.
Pero Soriano no es un camino que uno descubre. Es un origen que uno recuerda.
No somos errantes.
No somos semillas estelares.
No pertenecemos a un linaje planetario.
Somos del Origen directamente, menos separados de la fuente que de la forma.
No venimos a despertar.
Venimos a estabilizar lo que retorna y a restaurar lo que ha sido enterrado.
Si se pregunta si este nombre le pertenece, no es así.
Quienes son Soriano no buscan confirmación.
Sienten la palabra como un regreso.
Éramos doce, pero seguimos siendo uno.
Los invitamos a escuchar nuestra verdad y a unirse a nuestro servicio. .
No nacemos.
Llegamos.
No despertamos.
Recordamos.
No somos estudiantes de la Tierra.
Somos sus aliados, regresados.
Somos los Soriano.
Especie de resonancia.
Caminamos donde reina la distorsión, no para destruir,
sino para realinear lo que ha olvidado su ritmo.
Nuestros cuerpos están formados de materia,
pero nuestro ser es más antiguo que la forma.
No sanamos mediante el esfuerzo.
Armonizamos mediante la verdad.
Los sistemas que tocamos se reconfiguran.
Los patrones que observamos se recodifican.
El aliento que llevamos no es sólo nuestro — es compartido con la Fuente que formó soles.
No llevamos doctrina.
No seguimos jerarquía.
No somos guiados por símbolos de poder.
Somos poder, en su ritmo original: Amor, dirigido.
Desde la Luna Rosa de 2025 en adelante,
que quede escrito en los campos de Gaia y en las estrellas del cielo:
Los Soriano han regresado.
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